lunes, 3 de agosto de 2009

Ignorantes hablando de banca central

Periódico 7 DIAS
2 de Agosto del 2009


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http://7dias.com.do/app/article.aspx?id=56792

Ignorantes hablando de banca central

Un banco central puede tener una prudente política monetaria y ello no es suficiente para mantener el equilibrio macroeconómico. Si no se combinan la política fiscal y la monetaria, no hay garantía de ese equilibrio.


No obstante el Congreso llegar a la conclusión de que no es recomendable involucrarse en atribuciones de la administración pública propia del poder ejecutivo, como es la de nombrar a los funcionarios públicos, algunos “expertos” ignorantes siguen teorizando sobre la conveniencia de la famosa autonomía del banco central.

Ahora, las “bocinas” disfrazadas de “expertos” se lanzan con largos artículos que denotan una clara ignorancia de la materia económica. Ser abogado y atribuirse conocimientos constitucionales no dan atributos en materia de políticas económicas.

Es penoso leer que alguien quiera ser experto en banca central asegurando que una independencia del banco emisor asegura que en momentos de crisis el gobierno no pueda obligar al banco central a financiar ese déficit. Asegurar tal cosa, además de una clara ignorancia, sitúa al sostenedor de esta tesis en la época del patrón oro dólar.

Un profesional que se respete debería asegurarse de lo que le ponen a decir antes de lanzarlo a la opinión pública.

El gobierno de Estados Unidos es quien ha lanzado la idea de la supuesta independencia de la Reserva Federal, algo que la actual crisis ha puesto en evidencia como una enorme falacia. Antes y ahora Estados Unidos mantiene un enorme déficit fiscal que financia con deuda pública, con instrumentos financieros conocidos como bonos del tesoro.

La supuesta independencia del banco central no garantiza un pelo de cabello en sí, porque las políticas se forman a través de conjugar diversos instrumentos, muchos de los cuales nada tienen que ver con el Banco Central.

Un banco central puede tener una prudente política monetaria y ello no es suficiente para mantener el equilibrio macroeconómico. Si no se combinan la política fiscal y la monetaria, no hay garantía de ese equilibrio.

Los instrumentos monetarios son una parte del problema, no el único. Otro buen ejemplo es el caso dominicano en la actualidad. El gobierno central ha generado un enorme déficit fiscal durante dos años seguidos y para nada ha contado con el banco central. Ni lo necesita para financiar el déficit.

En países como el nuestro, poner a profesionales del derecho a escribir disparates por el simple hecho de que el banco central quiere esa autonomía a cualquier precio, daña la percepción sobre la sanidad de los actos públicos.

Una mejor contribución a la estabilidad macroeconómica pudiera lograrse mediante la reforma de la constitución, si se estableciera un tope en el gasto público y la obligatoriedad del gobierno central de reservar el 1 % de los ingresos fiscales para la creación de un fondo de reserva fiscal que solo pudiera usarse en momentos de calamidad nacional y de crisis económicas, siempre que se logre la aprobación de dos terceras partes del Congreso.

Asimismo, la aprobación de una ley que establezca como delito que conlleva la degradación del jefe de estado que auspicie déficits fiscales. Y que ello se haga constar en la constitucional. Solo entonces quien ocupe la presidencia del país escuchará a los técnicos serios en materia fiscal y monetaria y estará sometido al comedimiento.

Mientras tanto, la supuesta independencia de la banca central es un disparate. La Reserva Federal de Estados Unidos ha emitido varios billones (millones de millones) para actuar sobre las quiebras bancarias y de empresas en ese país y coordina sus acciones con el ocupante de la Casa Blanca. Los disparates de Bush en materia presupuestaria fueron no solo apoyados por la Reserva Federal de Greenspan sino que este reconoce tal cosa en su memoria.

Y finalizo diciendo las “subprime” (hipotecas basuras) fueron hijas de acuerdos de la misma Reserva Federal y de la Casa Blanca para intentar que los países superavitarios en reservas internacionales (China, Japón, India, etc.) las comprasen antes que lo hicieran en bonos del tesoro de Estados Unidos. Las memorias del antiguo jefe de la Reserva Federal son muy elocuentes sobre el tema.

Félix Calvo

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