lunes, 31 de agosto de 2009

Nuevas líneas de defensa

Nuevas líneas de defensa


POR ROBERTO DESPRADEL

Periódico El Caribe, Lunes 31 DE AGO 2009

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http://www.elcaribe.com.do/site/index.php?option=com_content&view=article&id=219734:nuevas-lineas-de-defensa&catid=300:roberto-despradel&Itemid=361

Tradicionalmente los impuestos arancelarios cumplían dos funciones, representaban la mas importante fuente recaudadora para el Estado; y segundo, la línea de defensa tradicional para los sectores productivos nacionales.

Apenas unos pocos años atrás esta situación cambió radicalmente. Mientras el promedio ponderado arancelario del país sobrepasaba el 20%, puesto que también se aplicaban sobre tasas e impuestos para-arancelarios, hoy en día este promedio es inferior al 6%.

Esta baja en los aranceles, empujado por las firmas de tratados de libre comercio, fue la principal razón de las profundas reformas tributarias de cuatro años atrás.

Este cambio en los mecanismos de recaudación demandó de una transformación de las instancias fiscalizadoras estatales, pues si bien en las aduanas son los contribuyentes que vienen a pagar para poder retirar sus mercancías, una vez esta sale del control aduanero, son las autoridades que deben provocar que los agentes económicos se acerquen para pagar los otros tipos de impuestos.

No es coincidencia que luego de que se redujera la tasa promedio arancelaria, la Dirección General de Impuestos Internos ha venido invirtiendo millones de pesos en la adquisición de tecnología y reorganizándose administrativamente para permitirle un mayor control y cruce de informaciones.

Los comprobantes fiscales y las impresoras fiscales son pues una de las consecuencias de la baja en los promedios arancelarios.

Ahora bien, de la misma manera que el Estado ajustó su “línea de defensa” para recaudar impuestos, lo mismo debe suceder con los sectores productivos nacionales, pues el arancel que servía de mecanismo de protección para la competencia internacional, ya se ha erosionado.

De ahí la necesidad de aumentar los niveles de competitividad interno, a todos los niveles, pero también la necesidad de utilizar otros mecanismos legítimos de defensa de nuestros sectores productivos, y de nuestros consumidores.

Entre estos se encuentran el cumplimiento de las reglas de origen bajo los TLC, el adecuado etiquetado de los productos, el registro sanitario, y el cumplimiento de las normativas correspondientes.

Del mundo de los aranceles estamos pasando al nuevo mundo de normas técnicas donde los países desarrollados ya las aplican de manera estricta.

También con bajos aranceles se hace más frecuente la utilización de prácticas desleales de comercio, tales como el dumping.

Como se puede apreciar la sofisticación de los nuevos mecanismos de defensa comercial, demanda de una mayor atención y conocimiento especializado, tanto por parte de nuestros productores como de nuestros servidores públicos.
Roberto Despradel es economista

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