Política retención de población

Política retención de población


POR ROBERTO DESPRADEL
Periódico EL CARIBE, Lunes 3 DE AGOSTO 2009

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El presidente del CONEP, en su discurso ante la Cámara Americana de Comercio, tocó muchos puntos de trascendencia, relacionados con la búsqueda de un modelo económico y social sostenible.

Uno de estos correspondió a la encrucijada migratoria de nuestro país y al impacto que ha tenido tanto nuestra emigración, como la inmigración haitiana.

Señala que si bien como país, las remesas representan una significativa fuente de ingresos de divisas y de subsistencia para cientos de miles de familias dominicanas, éstas han tenido un costo para nuestra sociedad: primero, la desintegración familiar y el éxodo de nacionales más o menos calificados; segundo, la sustitución por inmigrantes no calificados y tercero, el abaratamiento artificial del valor de las divisas con su impacto sobre la competitividad del aparato productivo.

Si bien para nuestro país la década de los sesenta y setenta correspondió a la época de sustitución de importaciones, los noventa y la primera década del siglo XXI corresponden a la época de sustitución de emigrantes. Mientras más de un millón de dominicanos han emigrado a los Estados Unidos y Europa, una cantidad similar de nuestros vecinos han cruzado la frontera hacia nuestro país.

Señala Macarrulla en su discurso que “los sectores de más bajos ingresos de la estratificación social no han recibido ningún beneficio del crecimiento económico, sino que, al contrario, sus ingresos familiares se han deteriorado en términos reales respecto a la anterior encuesta de 1997-98”… “Cabe destacar que estos sectores de menores ingresos también han sido víctimas, y eso el empresariado dominicano lo ve con legítima preocupación, de la creciente competencia de una mano de obra más barata, más desprotegida, menos calificada y por tanto menos preparada para acompañar la necesaria modernización del aparato productivo, procedente de la inmigración masiva e irregular de población haitiana”… “La situación se hace más preocupante porque esta nueva población que llega viene a ocupar el espacio dejado por una población autóctona mejor educada, más saludable, mejor nutrida y por tanto de mayor productividad, que va emigrando al ver las pocas oportunidades que le viene brindando el aparato productivo nacional.”

Finaliza abordando este tema indicando que “corresponde al Estado, y esta es una obligación ineludible e irrenunciable, adoptar una política firme y correcta para controlar la inmigración no necesaria y propiciar la retención de los dominicanos en su territorio”.

Y añado, esta debe ser la prioridad número uno de nuestros forjadores de política pública.

Roberto Despradel es economista