lunes, 17 de agosto de 2009

¿Dónde radica la independencia un Banco Central?

Periódico Digital 7 DIAS, 15 de Agosto del 2009

¿Dónde radica la independencia un Banco Central?

Ejecutar la meta de inflación por la ecuación del cambio de Fisher nada tiene que ver con alguna constitución ni con la de Estados Unidos ni con la dominicana.

Félix Calvo

URL:
http://7dias.com.do/app/article.aspx?id=57648


Eduardo Jorge Prats, ex consultor jurídico del Banco Central en los años de la gobernación de Francisco Guerrero Prats, con la facundia que lo caracteriza (y lo ridiculiza a la vez) vuelve sobre el tema de la independencia del Banco Central y “arrasa” contra quienes entendemos un exceso del actual gobernador insistir en una autonomía constitucional de esa institución, cuando en realidad está confundiendo los árboles con el bosque.

Contrario a la tesis de Jorge Prats, no estoy solo, pues el Congreso rechazó la propuesta, sin que mi presencia o influencia, en algunas de las oficinas de esa institución, pudiera probarse. El despliegue de espacios pagados en los medios, por el contrario, indica que el Banco Central se ha gastado un buen dinero promoviendo su locura. Y que me perdone Jorge Prats, ese dinero gastado expande el déficit del Banco Central, no importa su volumen.

Aunque se autoconsidera un “faculto” en la materia Banco Central, su pobre respuesta se desarma examinando tres largas citas de un artículo con apenas 5 párrafos, y no le cuento la cita de la cita que hay dentro de uno de los párrafos que cita. Es un perfecto ensamblador de citas.

Tampoco cuento las citas que toma de mi artículo publicado en el diario Hoy, el 14 de agosto. Sus citas, de verdad, reflejan su enjundia profesional. Para citar es necesario entender al citado.

La ignorancia de Jorge Prats ya es proverbial y la reitera en el único párrafo de su artículo donde hay una reflexión suya. Se trata del cuarto párrafo. En la primera parte del mismo, como abogado “picapleitos”, trata de descalificarme (¿tiene autoridad?) atribuyéndome ser partidario de un modelo de banca central en desuso. Su ignorancia, aparte de la anterior, radica en vincular los objetivos de políticas de un banco central, por ejemplo, el objetivo inflación a aspectos legales o constitucionales.

¡Muchacho, deja eso, dedícate a otra cosa en la que pueda aportar algo sustancial!
Eduardo, dile a quienes te metieron en ese barullo de ideas que debieron explicarte la ecuación del cambio de Irving Fisher( padre del monetarismo teórico de Estados Unidos) a partir de la cual quedó definido, hace casi un siglo, la noción de que el Estado o el organismo que reciba su delegación, en este caso el Banco Central, tiene el deber de asumir la gestión total, de forma consciente y directa, de la oferta monetaria, con lo cual se posibilita regular el nivel de precios o inflación. Si un banco central no hace eso debe ser clausurado y ha sido su función básica hasta cuando la política monetaria estaba sujeta a los acuerdos de Bretton Woods.
Aplicar la meta de inflación por la ecuación del cambio de Fisher nada tiene que ver con alguna constitución, sea la de Estados Unidos o la dominicana. Tampoco tiene alguna relación con la constitución el que un Banco Central siga la Regla de Taylor, otra ecuación de alerta frente a los excesos de dinero que pudieran disparar la inflación.

Dos instrumentos de política monetaria para dos momentos distintos en el desarrollo de los mercados financieros. Mientras el primero va a la oferta de monetaria clásica, la Regla Taylor trata de impactar sobre los objetivos de política monetaria a través de la tasa de interés.

Para ejecutar las políticas monetarias un banco central no requiere una autonomía constitucional. La requerirá para otra cosa de la que Valdez Albizu y Jorge Prats todavía no hablan.

Finalmente, quiero apuntar que cualquiera no tiene calidad para descalificar, amigo Jorge Prats. Mi paso por el Banco Central, junto al equipo que lo gestionó, introdujo instrumentos más modernos de política monetaria que cualquiera de las gobernaciones anteriores.

Y prueba al canto.

Uno de los instrumentos más modernos de la política monetaria es la política de mercado abierto, introducida por primera vez por nosotros en el Banco Central dominicano. Su mejor modelo lo constituyen las subastas competitivas de papeles de dicho banco.

Dos, contrario a todas las anteriores gestiones nosotros no insistimos en el encaje legal como instrumento, creamos y pusimos en práctica las tasas de interés de corto plazo de referencia del Banco Central. Ahora, a pesar del odio de Valdez Albizu contra nosotros, el Banco Central muestra los instrumentos cruciales de gestión de la política monetaria que heredó. A pesar de tener tantos años en dicho Banco, Valdez Albizu nunca se “pechó” con esas nociones.

¿Quieres más?

Tú intento de descalificarme porque me gradué en La Habana y en Berlín me huele a pobreza intelectual, y por qué no, a chantaje intelectual. Mi pasado no me pesa ni estoy arrepentido, todo lo contrario, estoy orgulloso de ese pasado. Ya antes, hay muchas pruebas en escritos públicos, Valdez Albizu intentó lo mismo cuando pagaba a articulistas para que me respondieran, porque ese Valdez Albizu nunca en su vida ha tenido valor para responder con su nombre.

De algo puede estar seguro amigo Jorge Prats. Tu paso por la consultoría jurídica del Banco Central registra una responsabilidad tuya bastante grande.

Me refiero a la Ley Monetaria y Financiera del 2002 que ustedes hicieron aprobar en medio de la peor crisis bancaria de la historia del país, aun cuando desde el gobierno central ustedes fueron advertidos de no hacerlo y para la cual recibieron una matriz de cambio distinta a la de ustedes. Todavía la conservo intacta, como la conservan otros colegas.

Con esa desastrosa Ley, ustedes llevaron al sector monetario y financiero a un limbo jurídico de años, dejando pendiente de aprobación 22 reglamentos, mientras los intermediarios financieros y monetarios quedaban sin estar dentro de la nueva Ley ni en la vieja.

Y lo peor fue que las mismas autoridades monetarias se quedaban desarmadas para regular un sistema con una profunda crisis que, vaya casualidad, ustedes nunca vieron.

No olvide que la Ley de Resoluciones de Crisis Bancarias se aprobó luego de que tú saliera huyendo en medio del lío legal que ayudaste a crear. ¿Es que acaso no recuerda la barbarie de la asistencia de liquidez que te inventaste en esa Ley? Creo que no debo citarte el artículo.

Y más extraño para mí, como para los demás colegas en el Banco, fue que “huyera” de la consultoría jurídica del Banco Central, mientras aseguraba una asesoría externa en el mismo banco. El asombro fue mayor cuando vimos una noticia en la prensa escrita en la que aparecía defendiendo a uno de los banqueros perseguidos por el Banco Central, hoy preso en Najayo, cuando todavía era asesor del mismo Banco Central que te pagaba.

Ahora te llena la boca para vociferar que el “atrasado” es quien esto escribe, ¿no me diga?

Vuelvo y te repito, amigo Jorge Prats, mi pasado no me pesa.

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