domingo, 6 de septiembre de 2009

El déficit comercial norteamericano

Periódico Hoy, Domingo, 6 de Septiembre 2009

El déficit comercial norteamericano
¿De qué depende que EU pueda mantener déficit comercial?
Su balance se debe a cambios en activos y al manejo dólar


URL:
http://hoy.com.do/negocios/2009/9/5/292361/El-deficit-comercial-norteamericanoDe-que-depende-que-EU-pueda

El déficit comercial de los Estados Unidos es muy alto. Sea expresado en actuales miles de millones de dólares o como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB), la diferencia entre exportaciones e importaciones de bienes y servicios de los EEUU sigue alcanzando niveles históricamente altos. Muchos autores han expresado sus opiniones sobre la así llamada sostenibilidad de este déficit, no siempre logrando un acuerdo. De hecho, hablar de la economía de los EE.UU. no es hablar de una economía cualquiera. ¿De qué depende que EEUU pueda mantener dicho déficit? ¿Por cuánto tiempo? ¿Cuáles son los efectos sobre la economía mundial de dicho déficit?

Ciertamente EU ha mostrado un modelo económico matizado por el incremento de sus “déficit gemelos”. Por un lado, está el déficit fiscal, derivado de una política tributaria que reduce los impuestos pero que al mismo tiempo aumenta el gasto público, sobre todo el gasto militar. Por el otro, está el creciente déficit comercial y de cuenta corriente, derivado del fuerte aumento que han tenido las importaciones para cubrir un elevado consumo interno. Así, existen dos visiones. Hay analistas que procuran explicar y argumentar observaciones optimistas, y por otro lado, otros que intentan señalar la seriedad del déficit, señalando la dificultad de manejarlo. Lo que sí es indudable es que un mínimo cambio en el déficit de los EU requiere cambios grandes en los tipos de cambio, en la política fiscal o en la competitividad de las exportaciones de los EU. Está claro que estas medidas tendrían repercusiones significativas en las economías de los socios comerciales y, por tanto, en el resto de las economías del mundo.

Los fundamentos

El déficit de Estados Unidos en su comercio de bienes y servicios alcanzó en 2007 la cifra sin precedentes de 760,359 millones de dólares. Este saldo significa que se está recurriendo al endeudamiento internacional para equilibrar las cuentas externas y así compensar con el consumo creciente de bienes y servicios del exterior. Durante cuatro años consecutivos, Estados Unidos ha marcado cifras récord de déficit comercial, y además desde mediados de 2000, el país ha perdido casi 3 millones de empleos. El déficit en el comercio de bienes está impulsado por las compras desmesuradas de petróleo, alimentos, automóviles y otros bienes de consumo, con cifras récord con China, Japón, Europa, Canadá, América Latina y el Caribe, y los países petroleros.

El aumento en el déficit comercial norteamericano se debe a muchas razones. Entre las más mencionadas, se citan 5 esenciales: (1) la alta elasticidad de los precios de las importaciones entre los productos americanos y los del mercado internacional; (2) la movilización de muchas de sus actividades productivas y de manufacturas a territorios con políticas impositivas benignas; (3) el papel del dólar como la mayor divisa internacional empleada como reserva; (4) la financiación de la deuda pública de EU (donde el 70% procede de bancos centrales extranjeros); y (5) la caída en el valor del dólar frente al euro (en torno al 15% en promedio en el año 2008). La gran inversión que respalda el crecimiento del déficit comercial norteamericano está en la llamada “dark matter” (materia oscura).

Esto es en una cantidad de activos intangibles que resultan difíciles de medir y que, por ello, no figuran en las cuentas públicas, pero que sí generan rendimientos cuantificables. De estos activos, EU toma prestado dinero para transformarlo en conocimiento y habilidades, y de ellos, procura generar más dinero con mejor rendimiento, constituyendo un financiamiento a través de la venta de activos de largo plazo. Da lugar así a teorías que deducen que las naciones ya no solo buscan lograr ventajas comparativas, sino más bien lograr los dólares que necesitan para el servicio de sus deudas externas o para acumular dólares como reserva, a fin de mantener el valor de cambio de sus divisas domésticas. Así mismo, como una forma segura de invertir dinero con la compra de bonos norteamericanos, lo que le permite a EU captar medios necesarios para financiar su déficit comercial y mantener su economía.

Otra de las razones por la que persiste el déficit comercial de EE.UU. ha sido el manejo de la política cambiaria. Durante años, el dólar ha estado devaluado frente al euro, la libra y el yen. Y ello se debe a que los EE.UU. han permitido que el dólar “busque su propio nivel”, para reducir el gran déficit con el comercio y la cuenta corriente. Los encargados de esta política idearon la caída del dólar para hacer sus productos más competitivos contra los productos valorados en otras monedas. Entendían que los dólares baratos fundirían el déficit y el dólar subiría una vez más. Pero ha habido dos problemas con esa estrategia: primero, que la estrategia de dejar el dólar bajo está probada que ya no funciona.

Durante los años del dólar alto de Clinton, el déficit comercial era bastante más pequeño de lo que lo había sido durante los años del dólar bajo de Bush. El comercio de EE.UU. y el déficit de la cuenta corriente disminuyeron cuando otras economías crecieron (especialmente en Europa) no cuando el dólar iba a la baja. Y segundo, la economía de EE.UU. funciona globalmente como consumidor mundial de último recurso, no como su productor de último recurso. Manteniendo el dólar bajo, para que los americanos no puedan permitirse comprar productos importados, es con seguridad una receta para un crecimiento global más bajo. Además, una razón por la que un dólar en declive no fundamenta el déficit de cuenta corriente y comercial, tiene que ver con cambios en los precios del petróleo y de otras materias primas.

Las soluciones

Cuando se desarrolla el posible proceso de ajuste frente al déficit comercial norteamericano se consideran al menos tres tipos de escenarios futuros. Un escenario pesimista, que plantea una reducción del déficit en dos años a partir de una reducción de las importaciones y un aumento del nivel de ahorro. Esta corrección abrupta provocaría una reducción en los superávit comerciales de Europa y Japón, al igual que para las economías latinoamericanas que dependen de las importaciones de EE.UU. Bajo este escenario, la reducción del déficit comercial implicaría una recesión tanto para EU como para otras economías del mundo.

El otro proceso de ajuste (escenario optimista) plantea una reducción del déficit comercial a través del aumento de las exportaciones. La improbabilidad de éste radica en que requiere un crecimiento de un 3% del PIB del resto del mundo para generar el incremento necesario de las exportaciones americanas. Frente a estos dos escenarios extremos, la alternativa más adecuada parece ser un punto intermedio entre los dos. Es decir una combinación entre el aumento de los ahorros y del crecimiento del resto del mundo (escenario benigno). El gran problema de estos procesos de ajuste es que consideran que las políticas monetarias y fiscales permanecerán constantes. Situación prácticamente improbable. Una posible solución a largo plazo de estos desequilibrios sería la adopción de un “Plan Moderado”, como el sugerido por el GEM (Modelo de la Economía Mundial, por sus siglas en ingles); el cual incluiría nueve (9) pautas: 1) una reducción gradual del consumo privado para aumentar el ahorro.

Zoom

La sostenibilidad

Si se analiza el documento presentado por el FMI “Perspectivas de la Economía Mundial”, en su edición del septiembre de 2005, se resume que, por años, las medidas adoptadas para corregir los desequilibrios de EE.UU. pudieron verse neutralizados por el bajo nivel de ahorro privado, traduciendo esto en un aumento del consumo interno. Dicho déficit tiene como contrapartidas abultados superávit en Japón, las economías emergentes de Asia y los países exportadores de petróleo. Por lo tanto, es posible que la posición externa neta de los EE.UU. seguirá deteriorándose hasta alcanzar un nivel récord del 50% del PIB en 2010, que tendrá como contrapartida un aumento en las posiciones acreedoras netas del resto del mundo. Al hablar de la sostenibilidad del déficit en cuenta corriente de los EE.UU., Catherine L. Mann (2000) considera que su proporción óptima con respecto al PIB debería alcanzar cifras cercanas al 4.2%.

La cifra

3.01% es el porcentaje promedio que ha representado el déficit comercial de los EE.UU entre 1989 y 2009. Durante ese periodo, la cuenta corriente de la balanza de pagos representó 3.33% y la economía de los EE.UU creció a una tasa promedio de 2.52%.

No hay comentarios:

Publicar un comentario